viernes, 20 de marzo de 2009

Decepcionando

Parece que ya es más que oficial: después de 10 años, España retirará sus tropas de Kosovo. Tras la declaración de independencia del recién nacido estado balcánico, 620 militares españoles volverán a casa.

Se podría decir que es un hecho que entra dentro de lo previsto en la política de todo partido político mínimamente socialista (aunque hayan sido diez años de intervención militar). Los problemas, como suele pasar, vienen de arriba. Si bien dentro de nuestras fronteras la decisión ha sido más o menos aplaudida (la oposición llevaba un buen tiempo reclamando esta retirada), en aguas internacionales no ha tenido tanto éxito. El portavoz del Departamento de Estado de la Administración Obama, Robert Wood, se ha declarado "profundamente decepcionado".

Parece que, poco a poco, va retirándose el velo de la castidad de la nueva Administración estadounidense: donde antes podíamos ver un político conciliador y contrario a los conflictos bélicos, volvemos a ver un enano con complejo de gigante, que patalea cuando se toman decisiones sin contar con él. Tenemos, una vez más, un aspirante a imperio que busca controlar todos los movimientos políticos del resto de países. Para comprender esto, hay que leer entre líneas: "decepcionado" no tiene nada que ver con que Barack Obama haya entrado en un estado de depresión tras conocer la decisión del Gobierno español, más bien se podría sustituir por "profundamente mosqueado". Mosqueado porque ve como el mundo puede tomar decisiones sin necesidad de pedirle permiso a "papá U.S.A", sin tener que avisar a la Casa Blanca de que llegará tarde después de la fiesta.

La extensión de esta noticia podría dar para MB's y MB's de entradas de este Blog, pero vamos a rememorar el momento en que David (Papúa-Nueva Guinea) le espetó a Goliath (U.S.A) en la cumbre de Bali: "Estados Unidos, si no quieren avanzar, quítense de en medio, porque el mundo se va sin ustedes".

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